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Nuestra corporación tiene como sede canónica la Iglesia de San Martín, sita en la plaza del mismo nombre en la zona norte del casco histórico de Sevilla, conocido popularmente como barrio de la Europa.

Su origen se remonta al repartimiento de la ciudad que tuvo lugar en el año 1250, tras la conquista de la ciudad por el Rey Fernando III el Santo.

El templo se levanta sobre los terrenos de una antigua mezquita. Si bien no hay unanimidad sobre la fecha de su fundación, parece seguro que se trata de una construcción gótica de principios del siglo XIV. Fue parroquia desde su erección hasta el año 1911. En aquella fecha pasó a ser templo filial de la Parroquia de San Andrés, hasta que en el año 1966 el Cardenal Bueno Monreal cedió la iglesia en “administración, usufructo y mantenimiento del culto”.

El templo es de estilo gótico-mudéjar, presentado la particularidad de que es la única de esta tipología en nuestra ciudad que consta de una sola nave. Cuenta con dos puertas de acceso. La principal, de estilo neoclásico se abre a la Plaza de San Martín tras un pequeño compás con reja y se constituye por pilastras que sustentan un frontón triangular. A su izquierda, en la fachada principal se alza un retablo cerámico de María Santísima del Buen Fin, mientras que en el lado contrario hacia la derecha se alza un retablo cerámico del Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada.

La otra portada es la que se abre a los pies y da a la calle Divina Enfermera. Se trata de una portada pétrea de arco apuntado. Destaca que todo el lienzo de esta fachada está realizado en ladrillo y piedra, y se remata por medio de una bonita vidriera con lacería. A la derecha de este ingreso se alza el retablo cerámico de la Esperanza Divina Enfermera.

El interior

El interior del templo es de una sola nave con cuatro tramos y presbiterio, siendo este de planta cuadrada e iluminado por medio de vidrieras de lacería.

El retablo mayor es de estilo renacentista y fue proyectado por Vermondo Resta en el año 1606 pero realizado por Diego López Bueno. Completa la realización de este retablo Gaspar Ragis, quien lo policroma entre 1606 y 1611. Este retablo consta de banco, dos cuerpos y ático, y en él se alternan tanto la escultura como la pintura. Las pinturas son obra de Gerolamo Lucente de Corregio, mientras que las esculturas las realiza Francisco de Ocampo. En el primer cuerpo, y de izquierda a derecha nos encontramos un lienzo de la caridad de San Martín, una escultura de San Pedro, y ya en la parte central se abre el camarín donde se halla una escultura de la Virgen con el Niño, obra del siglo XVII conocida como “Divina Maestra”. A la derecha del camarín se encuentra una talla de San Pablo y a continuación lienzo con el Sueño de San Martín.

En el segundo cuerpo, y en el mismo orden vemos, a la izquierda, un lienzo con la Resurrección de un neófito, después una escultura de la Virgen María anónima y un lienzo en el que se representa al titular de la iglesia. En el ático podemos contemplar un crucificado atribuido a Ocampo.

En este lado derecho también se encuentra el retablo de San José, obra anónima del siglo XVIII realizado en estilo de transición entre barroco y neoclasicismo, presentando elementos decorativos rococós. Curiosa la decoración “chinesca” del banco.

Presenta pinturas sobre la vida de San José y una talla del santo, obra anónima de principios del siglo XVIII.

Al otro lado del presbiterio en el lado de la Epístola, se encuentra un par de retablos más. El primero de ellos, el de la Sagrada Familia de la Virgen, se trata de una obra de autor anónimo del 1780 de estilo de transición entre barroco y neoclasicismo. Aguarda una bella representación de la Virgen Niña, San Joaquín y Santa Ana atribuido a Benito de Hita y Castillo.


El segundo es un altar dedicado a San Antonio, obra anónima de finales del siglo XVIII. Contiene una talla del Santo, de autor anónimo del S. XVIII. En esta parte se encuentra desde fechas recientes un facsímil réplica a escala de la Sábana Santa, obra donada por el escultor e imaginero Juan Manuel Miñarro.

En la cabecera del lado de evangelio se alza el retablo de la Inmaculada Concepción obra anónima del año 1603. En el descansa la imagen de la Inmaculada Concepción que realizara el escultor Cristóbal Ramos en el año 1794. El retablo fue encargado por la Hermandad Sacramental de San Martín, siendo su uso original como alta del Comulgatorio o del Santísimo. En el año 1810 se le dio la morfología actual cruciforme para albergar en el mismo al Crucificado del Amor, cotitular de la Hermandad de la Concepción de Regina, fusionada con la Sacramental ese mismo año.

En este lado del Evangelio y avanzando hasta la Capilla Sacramental nos encontramos con el retablo de Nuestra Señora de la Europa. Se trata de una obra de Juan Calero realizada entre los años 1779 y 1780. Alberga la imagen de Nuestra Señora de la Europa esculpida en el año 1686 por Felipe Martínez. Esta imagen, que fuera titular de una antigua hermandad fundada en el siglo XVII y que radicaba en la cercana Plaza de la Europa, se trasladó hasta San Martín en el año 1854, extinguiéndose una década después.

Seguidamente encontramos la Capilla Sacramental, donde se expone el Santísimo Sacramento y alberga las imágenes del Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada, San Juan Evangelista y María Santísima del Buen Fin. El sagrario fue tallado por Dionisio Gutiérrez en el 1798, corriendo la orfebrería a cargo de José Guzmán. La bóveda es del siglo XV.

Avanzando unos metros encontramos la Capilla de María Santísima del Buen Fin, erigida en 1898 por cesión de la parroquia a la hermandad Sacramental de San Martín. Está coronada por una interesante bóveda del siglo XIV. El retablo se construyó en el año 1811, y en su tabernáculo se veneraba la reliquia de la Santa Espina.

Al final de este lado y ya los pies del templo se encuentra la Capilla Bautismal, que aguarda una Pila de mármol del siglo XVII y en el que recibieron el Sacramento del Bautismo personajes ilustres como Diego Girón, Juan de Mal Lara, Juan Ramírez de Guzmán, Diego Ortiz de Zúñiga y Benito de Hita y Castillo. En ella también se encuentra una talla de San Juan Bautista de Diego López bueno, fechada en el año 1617.

En la nave central del templo y avanzando desde el presbiterio por la nave de la Epístola, encontramos en primer lugar el altar de Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera. Se trata de una obra de autor anónimo realizado en el año 1667. En ella recibe culto la venerada imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, talla anónima de la segunda mitad del siglo XVI, aunque reformada ampliamente en el XVIII y en el XX. Junto a este altar se encuentra enterrado el analista Ortiz de Zúñiga, gran devoto de la imagen.

A continuación encontramos el altar de San Francisco de Paula, del año 1827 y ejecutado por Francisco de Acosta. Corona el retablo una pintura anónima de la Santa Faz. Preside una imagen de San Francisco de Paula de autor también anónimo.

Avanzando, y a los pies del órgano encontramos la Capilla del Reposo labrada en el 1500 por Juan Sánchez. Alberga un retablo del 1756, de autor anónimo, con importantes pinturas de Juan Guy, de comienzos del siglo XVI recientemente restauradas. También contiene una imagen de Ecce-Homo del 1654 y un fabuloso paño de azulejos del siglo XVII.

Fotografías: Francisco Santiago y Miguel A. Botija

Fuentes:

– “La Iglesia de San Martín de Tours”, José María Escudero Marchante, Sevilla 2007.

– Paneles informativos de la Iglesia.

– Archivo histórico de la hermandad.